Por qué hay mujeres preciosas que se destrozan en el quirófano, la psicóloga María Jesús Álava nos lo explica

Por qué hay mujeres preciosas que se destrozan en el quirófano, la psicóloga María Jesús Álava nos lo explica
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Desde que se hicieron públicas las fotos de la actriz Renée Zellweger posando en el photocall de la fiesta de la revista ELLE celebrada el pasado 20 de octubre los comentarios sobre su blefaroplastia han hecho correr ríos de tinta.

En Trendencias Belleza nos pusimos en contacto con el doctor Antonio de la Fuente, Jefe de la Unidad de Cirugía Plástica del Hospital Ruber Internacional, para que nos explicase qué es lo que se había hecho la actriz, y qué opinaba del resultado. Hoy, en cambio, hemos hablado con la prestigiosa psicóloga María Jesús Álava Reyes para intentar entender mejor el por qué hay mujeres preciosas que se destrozan en el quirófano. Estas son sus declaraciones.

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Declaraciones de la psicóloga María Jesús Álava

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El tema de las operaciones estéticas es algo que preocupa y mucho a los psicólogos, sobre todo porque se está convirtiendo en una obsesión para muchas mujeres, incluso niñas de 13 o 14 años en una época en la que empiezan a sufrir muchos cambios físicos. Se trata de un problema que afecta a las personas en general, pues incumbe tanto a hombres como a mujeres.

La cirugía estética, cuando no se trata de operaciones para recuperar una función física que no va bien, son trampas del destino, una salida para quienes no aceptan su físico, el paso del tiempo o edad real.

De lo que estas personas no son conscientes es de que buscar el cuerpo ideal a base de intervenciones quirúrgicas muchas veces se transforma en una esclavitud permanente. Estas personas se sienten muy atraídas por un estereotipo físico. Las modelos se convierten en sus referentes. Se sienten fascinadas por sus vidas, por el hecho de que sean muy conocidas y famosas, sin darse cuenta de que su existencia, muchas veces, está llena de sacrificios y puede ser muy esclava.

Una carrera desbocada hacia hábitos insanos muy peligrosos como la anorexia, la bulimia, el alcohol o las drogas. Un mundo que es la antítesis de la salud, porque al comer poco y mal, están estresadas, y esto influye en sus hábitos de vida, en sueño, el cuerpo se debilita, y para aguantar necesitan estimulantes. Después de décadas de adicciones, el cuerpo acaba pasando factura.

La gente muchas veces acude a las consultas pidiendo a los cirujanos que les pongan una nariz, unos pómulos y unas curvas determinadas sin darse cuenta de que de esta forma harán desparecer su esencia, su peculiaridad, su encanto físico. Probablemente sus nuevos rostros se ajusten mejor a los cánones de belleza establecidos, pero su apariencia resultará más vulgar.

La belleza es algo genético, en cambio el aspecto físico depende de cada persona y de lo hábil que se sea para sacar lo mejor de uno mismo

Suelen ser personas vulnerables, inseguras, con una necesidad manifiesta de caer bien, de que las aprueben y las admiren. El problema es que después de todas estas cirugías cuando se miran al espejo no se reconocen, y como no se encuentran bien, generalmente, vuelven a empezar. El resultado es una carrera sin medida, en la que a una operación sigue a otra, produciendo como resultado caras inexpresivas, que no resultan atractivas y están abocadas al fracaso.

La comunicación no verbal es muy importante, y el 80% de la comunicación no verbal nos llega a través de la cara, del rostro y de la mirada. Cuando nos encontramos frente a estas caras sin expresión no podemos evitar sentirnos incómodos. Su expresión al no ser natural parece tan fría y hierática como la de una estatua lo que provoca cierta incomodidad a su interlocutor.

Hay personas que se estiran tanto el cuello que incluso les cambia la voz, y el tono de su voz es muy extraño, con frecuencia tienen un tono demasiado infantil o demasiado grave. El resultado es salvaje y devastador.

Por eso es tan importante que los padres no cedan ante la obstinada presión de sus hijas adolescentes que insisten en quitarse o ponerse de aquí o de allá, porque eso significaría el principio del fin.

Aceptarse y sentirse cómodos con la propia imagen

Es importante que cada persona se acepte a sí misma, y se sienta cómoda con su imagen. La belleza es algo genético, en cambio el aspecto físico depende de cada persona y de lo hábil que se sea para sacar lo mejor de uno mismo.

Lo que transmite el rostro el cerebro lo procesa de forma especial. El rostro transmite mucha información. Sin embargo, frente a estos rostros operados con frecuencia podemos sentir cierto rechazo, porque nos sentimos incómodos, en desventaja al no obtener un reflejo o feedback de lo que están sintiendo.

Lo curioso es que, muchas veces, todas estas personas que se operan la cara, una y otra vez, se olvidan de las manos. En la comunicación no verbal, despues del rostro y de la mirada, las manos son las que más delatan la edad, por lo que ver un rostro artificalmente joven al lado de unas manos que no se corresponden produce un contraste muy desagradable.

Lo importante en esta vida es aceptar como eres y aceptar la edad que tienes, porque el cuerpo tiene determinados puntos que siempre te delatan; y lo que de verdad atrae a la gente es el calor y el afecto de una mirada, y no una cara inexpresiva.

María Jesús Álava lleva más de treinta años dedicada a la Psicología clínica, educativa y de empresa. Ha sido elegida como una de las “TOP 100 Mujeres Líderes en España 2012″, ocupando la primera posición en la categoría de “Pensadoras y Expertas”, y es autora de libros como "Las 3 claves de la felicidad" y "La inutilidad del sufrimiento".

Renée Zellweger en Trendencias Belleza

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