Las calorías que marcan las etiquetas podrían estar equivocadas ¡Y ser menos!

Las calorías que marcan las etiquetas podrían estar equivocadas ¡Y ser menos!

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Las calorías que marcan las etiquetas podrían estar equivocadas ¡Y ser menos!

Con ojos como platos me he quedado al leer este artículo en The New York Times, que informa de que el método para determinar el número de calorías de los alimentos es deficiente, y que en ocasiones puede sobrestimar la energía de proteínas, frutos secos y alimentos ricos en fibra hasta en un 25%.

¿Esto quiere decir que podemos mantener la línea comiendo más de lo que pensábamos? No exactamente, ya que solo ocurre con ciertos alimentos, que por otra parte, siempre hemos valorado positivamente como elementos de una dieta sana.

Una nueva forma de contar calorías

Llevamos desde finales del siglo XIX contando prácticamente las calorías con el método que ideó el científico Wilbur Atwater, colocando el alimento a analizar en un dispositivo llamado calorímetro y quemándolo para ver la cantidad de energía que contiene.

Cuando hablamos de calorías en las etiquetas, normalmente nos referimos a kilocalorías (1000 calorías) y son más precisas cuando se trata de alimentos que se digieren con facilidad, en los que toda la energía pasa a estar disponible para el cuerpo casi inmediatamente. La misma energía que comentamos que cuando no se gasta se almacena en forma de grasa.

Frutossecos

Esto ocurre principalmente con el azúcar y los carbohidratos refinados, pero ¿qué pasa con los alimentos ricos en fibra, las proteínas y los frutos secos? Si empleamos más esfuerzo en digerirlos gastamos más energía, por lo que tendríamos que restarla a las calorías totales.

Además algunos alimentos, sobre todo los que tienen alto contenido en fibra, no son digeridos completamente al ser excretados en gran parte, por lo que esas calorías también deberían descontarse.

Según un estudio realizado por David Baer, fisiólogo del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) en algunos frutos secos habría que indicar un 25% menos de calorías de las que se señalan actualmente.

Desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se propone un nuevo método de contar calorías que tenga en cuenta no solo la energía disponible de los alimentos (como hasta ahora), sino que también contemple la energía gastada por el cuerpo en la digestión y en qué grado se procesa la comida.

Lo que ya sabíamos

Calorias3

En el fondo (pasado el susto inicial) este planteamiento no es tan novedoso, ya habíamos oído hablar de algo parecido con las calorías negativas (alimentos que gastan más en la digestión que las calorías que aportan) y también al tener en cuenta que no todas las calorías engordan igual.

Tal como confirman estos estudios recientes, si ingerimos calorías que provienen casi en exclusiva del azúcar, por una parte se transformarán en grasa más rápidamente, pero también aportarán un mayor contenido calórico que otro tipo de alimentos que requieren asimilaciones más lentas.

Puede que con el tiempo los fabricantes de alimentos se decidan a cambiar la forma de contar las calorías en sus etiquetas, pero hasta que llegue ese momento disponemos de una fórmula que no falla para seguir una alimentación saludable: Alimentos ricos en fibra (fruta, verdura, cereales integrales...), proteínas de calidad (sin olvidar las legumbres) y frutos secos crudos o tostados sin sal, que además de lo anterior nos aportan omega-3 y tienen propiedades antioxidantes.

Una forma más sencilla de mantener la línea que basándonos en restricciones calóricas y a largo plazo mucho más efectiva y beneficiosa para nuestro organismo, sobre todo si la acompañamos con algo de deporte.

Respecto a la noticia ¿qué os parece? Yo simplemente veo una prueba más de que vamos por el buen camino.

Fotos | Kayture | DewFrame ДьюФрейм

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