La etiqueta en el gimnasio: el decálogo que debes seguir

La etiqueta en el gimnasio: el decálogo que debes seguir

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La etiqueta en el gimnasio: el decálogo que debes seguir

En el gimnasio, como en todos los sitios, hay una serie de normas no escritas que debemos respetar. Las mayoría de ellas son de sentido común, pero aún así hay muchas personas que se las saltan a la torera día sí y día también. Con el fin de que el respeto reine en la sala de entrenamiento y también en los vestuarios, y de que haya un buen ambiente en el que de verdad te apetezca entrenar, repasamos el decálogo de normas que no puedes olvidar.

En la sala de máquinas y peso libre

  1. Utiliza siempre una toalla: generalmente esta norma sí está escrita en los gimnasios, y aún así hay mucha gente que pasa del tema. Se trata de una cuestión de higiene personal: estás utilizando una máquina, la que sea, y es normal que sudes. Lo que no es normal es dejar el respaldo de la máquina como si hubiese entrenado Aquaman. Por tu salud y por la de los demás, utiliza una toalla.
  2. Recoge el material que utilices: si estás en la zona de peso libre o en la de entrenamiento funcional, recuerda que todo el material que utilices debe volver a su sitio original. A nadie le gusta pasar un largo rato buscando la pareja de la mancuerna que quieres utilizar porque no está en su sitio: el orden en el gimnasio nos beneficia a todos.
  3. Llevar los cascos puestos es como un cartel de "no molestar": si ves a alguien entrenando con los cascos puestos puedes dar por seguro que su intención es concentrarse y que no le molesten. Las charlas están fenomenal en la cafetería o en la cola antes de entrar a una clase, pero en la sala solo conseguirás ocupar durante demasiado tiempo la máquina o el banco y prestar poca atención a lo que haces.
  4. Espera a que termine de entrenar para hablar: entrenar de forma adecuada requiere concentración. Seguro que aquello que tienes que decirle a tu compañer@ de entrenamiento puede esperar 30 segundos hasta que acabe la serie que está haciendo. La paciencia es una virtud.
  5. No ocupes una máquina durante horas mientras hablas por whatsapp: mandar whatsapps entre series o mirar tu perfil de facebook o timeline de twitter es algo que está muy de moda, pero debes entender que en el gimnasio no estás sola y hay más gente que quiere utilizar esa máquina o banco. No acampes en ellos: el móvil puede esperar.
  6. En las clases colectivas


  7. ¿Has llegado la última? No intentes ponerte en primera fila: normalmente hay una fila en la que la gente espera a que termine la clase anterior para poder entrar a la que quieren hacer. Hay gente que llega pronto para coger sitio. Si has llegado la última y la primera fila ya está llena, evita hacerte sitio a empujones: respeta el espacio que la gente necesita para hacer la clase correctamente y de forma segura y llega antes el próximo día.
  8. "Guardar el sitio" era cosa del colegio: "lo siento, pero esta bicicleta está reservada". Si quieres que tu amiga se ponga a tu lado en clase lo mejor es que entréis las dos juntas y cojáis los sitios contiguos. Otra opción es preguntar educadamente a la otra persona si le importa cambiar de sitio. Pero somos lo suficientemente maduras como para pasar una hora separadas de nuestra amiga del alma, ¿no?
  9. No entres en una clase que ya ha comenzado: una cosa es que te hayas pasado cinco minutos de la hora, que puede ser comprensible, y otra es entrar cuando ya ha pasado la mitad de la sesión. Por un lado pones en juego tu salud, ya que pierdes el calentamiento y la progresión normal de la clase, y por otro, molestarás a compañeros y al profesor. Por otro lado, no salgas de la clase sin que haya terminado: si tienes que irte antes del final, avisa al profesor (más de una vez he salido detrás de alguien porque no sabía si se había ido porque se encontraba mal: no me deis esos sustos).
  10. En el vestuario


  11. Respeta el espacio de los demás: es un vestuario, no tu habitación. No llegues y desparrames toda la ropa ocupando todo el espacio disponible. La ropa sucia debería ir directamente a una bolsa de plástico y de ahí a tu mochila: no tendría que estar danzando por la estancia.
  12. Ducha y listo: insisto, es el vestuario de un gimnasio, no un salón de belleza. Las depilaciones, tintes y demás (todo esto está basado en hechos reales) mejor dejarlos para casa o para la peluquería.

Seguir unas normas de conducta en el gimnasio nos beneficia a todos: mejor ambiente, mejores relaciones, menos roces y menos enfados. ¿La gente de vuestro gimnasio sigue la etiqueta?

Imagen | Pixabay
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