Probamos Mavala Stop, el esmalte para no morderse las uñas

Probamos Mavala Stop, el esmalte para no morderse las uñas
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Quienes como yo se muerden las uñas, saben que es un vicio que puede volver en cualquier instante: basta un momento de stress para que años de lucha terminen en dedos destrozados. Y salir de una recaída no es fácil, en medio de un momento difícil no hay cabeza para que la voluntad pueda vencer el vicio, y la sensación de culpa y vergüenza terminan de hacer el resto.

Mi momento de stress fue a principios de este año, y probé todo lo que el Manual del Cortapalos recomienda: colocarme tiritas en los dedos, pintarme las uñas con mi color favorito y usar uñas postizas. Nada funcionó, hasta que decidí probar un esmalte de uñas con mal sabor.

Por las buenas críticas que leí, muy superiores a las de cualquier otro esmalte del mismo tipo, escogí Mavala Stop. No estaba muy esperanzada, porque esta receta ya me había fallado en el pasado (aunque no con este esmalte), pero los resultados han sido impresionantes: en un mes y medio he dejado de morderme las uñas por completo.

He dudado mucho en si poneros una foto de mis uñas: soy muy sensible a comentarios al respecto, así que las he pintado para ocultar el feo color que tienen. Pero me parece importante que sepáis que el 8 de junio yo tenía las uñas muy cortas, (más aún que las que aparecen en esta foto) y que estas que veis en la foto más abajo, son mis uñas un mes y medio después.

Pero no os he contado nada aún del esmalte. Mavala Stop es un top coat, es decir, un brillo de los de toda la vida, que no da color, pero sí un sabor espantoso. Os prometo que es horrible, nauseabundo, lo peor que he probado en la vida (excepto un cierto plato japonés una vez, pero esa es otra historia).

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Y no solo el sabor es malo: todo queda “contaminado” con él. Yo descubrí que no podía comer con las manos, porque todo me sabía mal. Eso ayuda a detectar todas esas veces que nos llevamos las manos a la boca sin darnos cuenta y como la asociación mental “manos en la boca = mal sabor” es muy rápida, casi de inmediato dejé de morderme las uñas.

El esmalte se puede aplicar solo o encima de otro esmalte, y para mantener el mal sabor, es necesario aplicarlo sagradamente cada dos días. Eso va funcionando como un refuerzo positivo, porque al “arreglarse las uñas”, es decir usar quitaesmalte y volver a aplicar Mavala Stop, los progresos van siendo muy evidentes.

Mavala tiene en su sitio web un programa de 33 días para eliminar el hábito, y aunque coincido en que es posible dejar de morderse las uñas en ese tiempo, conservo la botella en mi escritorio, de modo que si me descubro con la tentación aplico una capa de inmediato para evitar males mayores.

Mavala Stop puede usarse en niños desde los 3 años, así que sirve también para quitarles el hábito de chuparse los dedos. Para niños menores no se recomienda porque pueden acostumbrarse al sabor.

Yo compré mi esmalte por casi 12 dólares, lo que viene a ser menos de 9 euros, y lo he visto en tiendas online en España por alrededor de 10 euros. Y en mi experiencia, los vale completamente.

¿Alguna vez habéis probado un esmalte de este tipo? ¿Qué os ha parecido?

Más información | Mavala.com
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