Murales de arte que ayudan a personas con discapacidad intelectual

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En España hay 3,8 millones de personas con discapacidad, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística. Son datos del año 2008, del estudio ‘Discapacidad, autonomía personal y situaciones de dependencia’ que se realiza cada década. Este año el INE alumbrará un nuevo documento en el que podremos conocer la panorámica general de la discapacidad diez años después de la última vez.

¿Eso quiere decir que solo tenemos información sobre la situación de la discapacidad en nuestro país cada dos lustros? No tan rápido: contamos con un buen puñado de datos actualizados. Están centrados, eso sí, en las personas con discapacidad en edad laboral. Sabemos por ejemplo que, en el año 2016 –el último con cifras oficiales-, en España había 1.840.700 personas entre 16 y 64 años con algún tipo de discapacidad. Esas personas forman parte de la población activa del país y suponen el 6,1% del total.

El empleo elimina desigualdades

De esos casi dos millones de individuos, cerca de 189.000 son discapacitados intelectuales, en cuya situación -y capacidades- nos centramos en este artículo. Se trata de uno de los colectivos más castigados por el desempleo. Basta con echar un vistazo a este informe del Observatorio de la Discapacidad para comprobarlo.

Empleook Trencadis

En el año 2015, la tasa de paro de los discapacitados intelectuales rozaba el 45%, solo superada por la de las personas con algún trastorno mental (que se situaba en el 47%). La de aquellos con discapacidad física se colocaba en el 25,9% y la de la sensorial, en el 22,6%.

¿De qué nos hablan estas cifras? De la tremenda desigualdad entre estas personas y quienes no tienen discapacidad, que se torna aún más abismal si hablamos, en lugar de tasa de desempleo, de tasa de actividad. Las personas sin discapacidad rozan el 70%; las discapacitadas se quedan en el 23,4%. Nada más que añadir.

La lectura de estas cifras nos indica que las personas con discapacidad no tienen un camino fácil para conseguir un empleo. Pero, ¿alguien está haciendo algo para cambiarlo?

El proyecto de Mercadona: una mano tendida para recorrer el camino

Existen entidades como los centros especiales de empleo, dedicados a la inserción laboral de personas con discapacidad. Y, en este complejo tablero, hay otros peones cruciales: las instituciones sociales.

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Como se detalla en esta entrevista, las entidades de corte social y sin ánimo de lucro cuentan con sus propios servicios de colocación de empleo en los que acompañan a los potenciales trabajadores en todo el proceso: desde afrontar una entrevista hasta conocer los campos en los que cada uno puede desarrollarse y encajar mejor.

Pero, también existe otra vía, que es la que Mercadona lleva construyendo desde hace ya 7 años de la mano de Pamesa Cerámica y de los centros ocupacionales y fundaciones con las que colabora. Se basa en el trabajo creativo remunerado a personas con discapacidad intelectual para la elaboración de los murales que decoran las secciones de frescos de los supermercados Mercadona de toda España.

La expresión artística ayuda a elevar la autoestima de estas personas, potencia su autonomía y brinda mayor visibilidad en la sociedad a los discapacitados intelectuales. Este original proyecto de integración se sustenta en murales decorativos elaborados con pedazos rotos de cerámica Pamesa ensamblados con la bella técnica del trencadís.

Arte, un beneficio para todos

Sí el arte. Puede resultar extraño, pero esa puede ser una de las grandes áreas de desarrollo personal y profesional de las personas con discapacidad. Porque las disciplinas artísticas tienen mucho que aportarnos. A todos.

El arte –por algo es inherente a todas las sociedades- nos lleva a ejercitar áreas del cerebro que solemos mantener menos activas. Por ejemplo, con la música desperezamos nuestra corteza auditiva y el lóbulo temporal; con las artes plásticas, el lóbulo occipital; con la danza, la corteza motora.

Dedicar tiempo al arte y aprender a través de él nos hace trabajar también nuestra memoria a largo plazo (sí, esa a la que la niña protagonista de la película ‘Del revés’ enviaba sus recuerdos duraderos) e interiorizar conocimientos de un modo diferente y para siempre. Porque no hay como vivir algo o ser parte de ello para que se quede grabado a fuego en nuestra memoria.

Y eso se maximiza en las personas con discapacidad intelectual, que tienen su particular modo de aprender: cada una necesita encontrar el suyo, abrazarlo e interiorizarlo. Por eso, el arte aporta, en su caso, un doble beneficio: no solo les hace divertirse y estar a gusto, sino que les ayuda a trabajar todas su capacidades de una manera natural y entretenida.

Y esa es la apuesta del proyecto de innovación social de Mercadona, que persigue la integración laboral de personas con discapacidad intelectual a través de la elaboración de mosaicos con la técnica de trencadís. “¿Innovación social? ¿Mosaicos? ¿Trencadís? ¿De qué me estás hablando?”, puede que hayas pensado. De un proyecto singular.

Innovación social de Mercadona: unos murales con mucho corazón

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Seguro que, cuando entras a Mercadona y vas a su sección de carnicería o pescadería, te llama la atención un brillante mosaico de azulejos fragmentados. Pues bien, cada uno de esos cuadros gigantescos que decoran los supermercados ha sido creado por personas con discapacidad intelectual. El pasado 2017, nada menos que 1.000 usuarios de más de 27 fundaciones y centros ocupacionales con los que colabora Mercadona elaboraron más de 1.650 murales de esos con los que juguetea tu vista mientras esperas a que te preparen tu compra.

Y la técnica empleada para crearlos es el trencadís. Iniciada por el siempre innovador Gaudí, consiste en emplear fragmentos de cerámica –en este caso, proporcionada por Pamesa Cerámica– para crear mosaicos únicos. Los trabajadores elaboran cada obra de manera artesanal. Primero, montan una especie de rompecabezas con las piezas. Después, lo encolan y lo secan. Finalmente, lo cortan en bloques pequeños para facilitar su montaje. Así crean, uno a uno, los enormes murales que decoran las secciones de pescadería y el punto de acabado de los supermercados Mercadona.

Esos mosaicos decoran, sí, pero, sobre todo, visibilizan el potencial de las personas discapacitadas y mejora su autoestima y confianza. Logra que su escalera hacia la inserción laboral pierda algunos escalones: porque les da la posibilidad de formarse, de desarrollar una tarea concreta y concentrarse, de trabajar en equipo y de brillar en el entorno laboral tanto como sus murales.

Pero, este proyecto no es flor de un día: Mercadona lo inició en el año 2011 y desde entonces se han instalado cerca de 5.000 mosaicos en supermercados de todo el país. La firma de Roig invirtió en 2017 más de 1,5 millones de euros en la elaboración de dichos murales colaborando con 28 fundaciones y centros ocupacionales, y contando con el esfuerzo de más de un millar de usuarios.

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En este tiempo, los motivos han evolucionado de escenas realistas a otras más actuales y en línea con el estilo del nuevo modelo de tienda eficiente de Mercadona. No obstante, su esencia se ha mantenido intacta. Son mosaicos que sirven para demostrar que las personas discapacitadas también son muy capaces.

Imágenes | Mercadona

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