Gracias a la iniciativa de LVMH de abrir 25 de sus Maisons al público, este pasado sábado 15 de octubre entré en el universo de Château Cheval Blanc en Saint Émilion, Burdeos. Fue una experiencia única participar a las Journées Particulières.
Es la primera vez que abrían al público (bajo inscripción gratuíta y estricta presentación de la invitación personal) y los grupos de una treintena de personas alteramos la quietud y la paz del domaine. Nuestro anfitrión fue Arnaud de Laforcade, Director Administrativo y Financiero de Cheval Blanc.
Cheval Blanc es una propiedad situada en el límite de las regiones vinícolas de Saint-Émilion y Pomerol, una zona privilegiada de donde salen los mejores vinos de Burdeos. Junto a Château Ausone, son los únicos dos clasificados como Premier Gran Cru categoría “A” en Saint-Émilion.
Si os decidís a visitar esta región francesa, comprobad el GPS y el plano de carreteras porque encontrarlo en toda una aventura. ¡Creí que no lo encontraría! No existe n-i-n-g-u-n panel indicativo de qué dirección tomar para llegar hasta el Chateau Cheval Blanc. En las fotos superiores, la entrada al castillo del que os enseñaré más abajo las fotos.
Nuestro guía de excepción nos dió la bienvenida y nos condujo hasta la orangerie, una luminosa habitación donde habían instalado un delicado adorno floral sobre la mesa de época. Arnaud de Laforcade habla con pasión contenida de Cheval Blanc, de cómo se fundó y su evolución hasta la reciente construcción de la nueva y moderna bodega, obra de Christian de Portzamparc.
La moderna bodega inaugurada en junio 2011
El arquitecto francés Christian de Portzamparc la diseñó con líneas alargadas y sinuosas, algunos ven el edificio como un crustáceo, yo de frente veo el signo de infinito. Se inauguró este pasado mes de junio y apostaron por un diseño moderno puesto que la razón de la ampliación es la evolución tecnológica de la Maison.
La bodega de las tinas fabricadas en hormigón es pulcra, sobria y luminosa. Los ventanales amplios dejan entrar una luz y un paisaje de viñedo siempre presente. Anteriormente los depósitos de fermentación eran de acero inoxidable.
Al contrario de lo que se pueda pensar, los de hormigón son anteriores al inox. Una vuelta al pasado que está entrando en más de una nueva bodega. En un próximo post os contaré la cara tecnológica de las tinas.
En la bodega de las barricas la temperatura ambiental baja. Siempre con el mismo estilo elegante y depurado, la decoración no tiene elementos superfluos. En realidad las hileras ordenadas de barricas que contienen el jugo precioso son la decoración. Unas luces verticales y estrechas iluminan la estancia místicamente. El techo muestra unas ondas que lo identifican con el diseño exterior.
Una escalera permite subir al techo del edificio donde hay una terraza con vistas panorámicas sobre las dos regiones: la cara norte es Pomerol, la cara sur es Saint-Émilion. Las escaleras y la rampa de la terraza están hechas de madera de Ipé.
Un lugar perfecto para que nos explique cómo es el terroir del domaine, 37 hectáreas divididas en 44 parcelas todas distintas. Lo describe como un mosaico de arcilla y grava, cada una de ellas en distinta proporción. Si os fijáis en la foto inferior, los viñedos de dos parcelas colindantes tienen dos tonos distintos de color.
Ilustres vecinos: en la foto, la propiedad del centro es el Château Évangile. Estamos mirando la cara de la terraza que da a Pomerol. A la derecha, más pequeño (se aprecia una grua sobre la propiedad), el Château Pétrus. ¿Organizarán fiestas de vecindad donde cada castillo lleva lo mejor de su cosecha?
El castillo Cheval Blanc
El castillo, la residencia que construyó la família Fourcaud-Laussac a mediados del siglo XIX, se benefició las reformas y de la instalación de nuevo moliliario que concluyeron en el año 2000. Nuevo mobiliario pero piezas de anticuario seleccionadas con un gusto exquisito. Me gustaron especialmente los lustros.
No me caben más fotos en el post así que las he añadido a la galería de imágenes. Un castillo residencia de habitaciones pequeñas, luminosas y acogedoras. En la foto superior, el hall del castillo despide a sus visitantes con el libro de firmas. El escritorio es una maravilla, como el resto de muebles. No quería irme.
Ver galería completa » Visitamos el Château Cheval Blanc en Saint-Émilion (12 fotos)
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